¿Qué hago para demostrar mis creencias? ¿Deberían los demás reconocer mi fe por mis acciones y obras?
El Miércoles de Ceniza, con su obvia señal de fe en nuestras frentes, no es algo típico de los católicos. No es típico en el sentido de que Mateo 6:16-18 dice que no debemos quejarnos ni jactarnos públicamente de nuestra penitencia. Debemos lavarnos el rostro y confiar que Dios verá nuestras buenas obras, incluso aquellas que realizamos a escondidas. Debemos llevar nuestra cruz con valentía y gracia.


Piensa en los pasos que dio Jesús de camino al Calvario. Pon tu hombro bajo la cruz—la de Jesús, la tuya y la de los demás—. Hazlo confiando en que Dios reconocerá tu dedicación y que, paradójicamente, no hay mayor satisfacción o recompensa.

Hay otras razones por las que el camino cuaresmal dura 40 días. A lo largo de la Biblia, el número “40” tiene un significado especial, que indica el tiempo que pasa entre acontecimientos importantes; el diluvio universal, de la historia de Noé, duró 40 días y 40 noches; Moisés pasó 40 días y 40 noches con Dios en el monte Sinaí; el pueblo hebreo pasó 40 años en el desierto de camino a la Tierra Prometida tras haber sido liberado de la esclavitud; Jonás le dio a la ciudad de Nínive un plazo de 40 días para que se arrepintiera; y Jesús ayunó durante 40 días y 40 noches en el desierto.
