16 jul 2018

SOLEMNIDAD DE LA VIRGEN DEL CARMEN 2018

Aun estando considerada Patrona del mar, la Virgen del Carmen es una advocación con devotos sin orillas. Este 16 de julio se cumple un nuevo aniversario de la aparición a san Simón Stock y de la entrega de un regalo mariano al mundo a través de los carmelitas: el Escapulario.

Alcornocal ha celebrado, un año más, esta solemnidad, en la que se ha impuesto el santo Escapulario a quienes aún no lo tenían. La Virgen del Carmen ha estado arropada por los vecinos y amigos venidos de otros lugares. Durante la procesión se ha parado frente a las puertas de aquellas personas que, por su edad y/o enfermedad, no pudieron acompañarla en la celebración de la Eucaristía en su honor y en su recorrido procesional.













































TERCER DÍA TRIDUO A LA VIRGEN DEL CARMEN

Palia e hijuela para la Virgen del Carmen

Conjunto de altar para la Virgen del Carmen





Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo:

• Tú que hiciste de María la madre de misericordia, haz que los que viven en peligro o están tentados sientan su protección maternal. Que la Llena de Gracia interceda por nosotros. 

• Tú que encomendaste a María la misión de ser madre de familia en el hogar de Jesús y de José, haz que por su intersección todas las madres fomenten en sus hogares el amor y la santidad. Que la Llena de Gracia interceda por nosotros. 
• Tú que fortaleciste a María cuando estaba al pie de la cruz y la llenaste de gozo en la resurrección de su Hijo, levanta y robustece la esperanza de los cansados y decaídos. Que la Llena de Gracia interceda por nosotros. 
• Tú que hiciste que María meditara tus palabras en su corazón y fuera la esclava fiel, por su intercesión, haz de nosotros siervos fieles y discípulos dóciles de tu Hijo. Que la Llena de Gracia interceda por nosotros. 
• Tú que coronaste a María como reina del cielo, haz que nuestros hermanos difuntos puedan alcanzar, con todos los santos, la felicidad de su reino. Que la Llena de Gracia interceda por nosotros. 

15 jul 2018

SEGUNDO DÍA TRIDUO A LA VIRGEN DEL CARMEN

Echamos la vista atrás para contemplar a tantas generaciones de cristianos que han avanzado hacia el “monte de la salvación, que es Cristo”, modelados por el ejemplo de María. Nos da alegría formar parte de este pueblo que busca al Señor. 

La Iglesia se goza al contemplar a María, como la “mujer oyente de la palabra”, la mujer que hace silencio para escuchar a Dios y para escuchar a los demás. “Educada y modelada por el Espíritu, fue capaz de leer en la fe su propia historia” (Juan Pablo II). Recordamos su sí confiado al Señor. Nos alegramos de las maravillas que hace Dios en los que abren la puerta al corazón. Resuena en nosotros su invitación a centrar en Jesús la mirada: “Haced lo que él os diga”. Con María, nos abrimos cada día a la Palabra, fuente de vida cristiana. Con María, acogemos confiadamente el proyecto de salvación del Padre para la humanidad.

Llevamos el Escapulario, compromiso que se adquiere de asimilación de las virtudes de la Virgen María, de cariño a ella, de peregrinación de fe, de ser discípulo de Jesús hasta el final; hasta la cruz, como María. El Escapulario es un privilegio que nos da el Señor por María, de ser oyentes de la Palabra y entrar en diálogo con Él; de ser como María, barro en manos del alfarero.




14 jul 2018

PRIMER DÍA TRIDUO A LA VIRGEN DEL CARMEN


Madre del Redentor, virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza 
y quiere levantarse.
Ante la admiración del cielo y la tierra
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros pecadores.

Unidos a todos los peregrinos de la vida, prestando especial atención a todo los que tienen dificultades en sus vidas: enfermos, desempleados, angustiados..., comenzamos este camino hacia la fiesta de la Virgen del Carmen.

Dios es gratuito en su elección. Elige por amor. Su llegada siempre suena a nueva, a inesperada. Sólo los humildes la perciben. María tiene un corazón humilde que no presume de nada; sencillo, limpio, pobre. Sin saberlo, está preparada para el asombro que supone toda visita de Dios. 

En la actuación de Dios siempre hay algo sorprendente: mira a los pobres, los levanta del polvo y los llena de gracia. A María la adorna de las mejores virtudes, la viste con traje de gala y la envuelve en un manto de triunfo. María se alegra y canta porque Dios mira su pequeñez. 

María, al saberse amada, se pone en camino para amar. Si no sabemos que recibimos amor, no nos despertamos a amar. La salvación del Señor la inunda de profunda alegría y la empuja a ir por la vida con un gozoso agradecimiento, dejando todo lo que toca vestido de novedad y belleza. 

El bautismo, como experiencia de la gracia, nos pone a nosotros en camino. El Señor nos llama amándonos. Y no vamos solos por el camino; junto a nosotros van miles de hermanas y hermanos que, orientados por el Espíritu, buscan fuentes para su sed. “En este camino nos acompaña la Virgen María, Estrella de la evangelización.” (Juan Pablo II).