16 jul 2017

SOLEMNIDAD DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN 2017

En la homilía, nuestro párroco habló de la caridad, completando así las virtudes en las que se ha profundizado durante este Triduo y que María, nuestra Madre, tuvo la disposición y capacidad de adquirir en el ejercicio repetido de actuar consciente y libremente en orden a la perfección o al bien. 

"La caridad divina tiene la peculiaridad de vaciarnos del egoísmo y de vivir en todo la entrega y la generosidad, es decir, el amor. Cuando hay discordias y egoísmos, Dios no está en esa alma. Pero cuando hay apertura, sencillez, disponibilidad, desapego, servicio, perdón...entonces es señal de la presencia de Dios en esa alma. 

El amor al prójimo significa búsqueda del bien de todos los hombres que están al alcance de tus obras: tus familiares, amigos, compañeros de estudio o trabajo, todos aquellos que caminan contigo, aún los que te han causado algún daño.








En el amor de Dios se crece cada día, practicándolo y abnegándose. En el amor se camina, se crece, con la gracia de Dios. Este amor se demuestra cumpliendo la voluntad de Dios, observando sus mandamientos, poniendo atención a las inspiraciones del Espíritu Santo, siendo fieles a los deberes del propio estado. 







El que tiene verdadera caridad es un apóstol entre sus hermanos y es capaz de superar todo temor y respeto humano". 
P. Antonio Rivero LC


 








































TERCER DÍA DEL TRIDUO A NTRA. SRA. DEL CARMEN


Se ofreció el rezo del solemne Triduo por todos los jóvenes de la aldea. Tras la exposición de Jesús Sacramentado, el rezo del Santo Rosario y el Triduo, comenzó la solemne Eucaristía en honor a Nuestra Señora del Carmen.


 


15 jul 2017

SEGUNDO DÍA DEL TRIDUO A NTRA. SRA. DEL CARMEN

En este segundo día del solemne triduo dedicado a la Virgen del Carmen, se ha ofrecido el rezo del Santo Rosario por los enfermos. Durante la Eucaristía ha tenido lugar la ofrenda de flores a la Virgen y el sacramento de la Unción de enfermos a los mayores de 60 años.
Este segundo día se ha hablado de la esperanza y qué mejor ejemplo que María como modelo de unión con Cristo para comprender su significado y mantenerla siempre viva. 

En palabras del Papa Francisco, "la vida de la Virgen Santa fue la vida de una mujer de su pueblo: rezaba, trabajaba, iba a la sinagoga…, pero toda acción se realizaba siempre en unión perfecta con Jesús. Esta unión alcanza el culmen en el Calvario: aquí María se une a su Hijo en el martirio del corazón y en la oferta de la vida al Padre para la salvación de la humanidad. La Virgen hizo propio el dolor del Hijo y aceptó con él la voluntad del Padre, en aquella obediencia que trae fruto, que trae la verdadera victoria sobre el mal y sobre la muerte.






Es muy bella esta realidad que María nos enseña: el estar siempre unidos a Jesús. Podemos preguntarnos: ¿Nos acordamos de Jesús solo cuando la cosa no funciona, o la nuestra es una relación constante, una amistad profunda, también cuando se trata de seguirlo en el camino de la cruz?






Pidamos al Señor que nos dé su gracia, su fuerza, para que en nuestra vida y en la vida de toda comunidad eclesial se refleja el modelo de María, Madre de la Iglesia".

 




14 jul 2017

PRIMER DÍA DEL TRIDUO A NTRA. SRA. DEL CARMEN

El primer día del solemne triduo, dedicado a nuestra Madre la Virgen del Carmen, es ofrecido por todos los difuntos. 
Asimismo, se profundiza en la fe, virtud teologal infundida por Dios en nuestra alma el día de nuestro bautismo, pero como semilla, la cual hay que hacer crecer con nuestro esfuerzo, oración, sacrificio.


En palabras del Papa Francisco: "María como modelo de fe. ¿En qué sentido María representa un modelo para la fe de la Iglesia? Pensemos en quien era la Virgen María: una chica judía, que esperaba con todo el corazón la redención de su pueblo. Pero en aquel corazón joven de Israel había un secreto que ni ella misma conocía: en el diseño de amor de Dios estaba destinada a convertirse en la Madre del Redentor. En la Anunciación, el Mensajero de Dios la llama “llena de gracia” y le revela este proyecto. María responde “sí” y desde este momento la fe de María recibe una luz nueva: se concentra en Jesús, el Hijo de Dios que de ella ha tomado la carne y en la que se cumplen las promesas de toda la historia de la salvación. La fe de María es el cumplimiento de la fe de Israel y, en este sentido, es el modelo de la fe de la Iglesia, que tiene como centro a Cristo, encarnación del amor infinito de Dios. 







¿Cómo vivió María esta fe? En la sencillez de las miles ocupaciones y preocupaciones cotidianas de todas las madres, como proveer la comida, el vestido, la atención de la casa… En esta existencia normal de la Virgen fue el terreno donde se desenvolvió una relación singular y un diálogo profundo entre ella y Dios, entre ella y su Hijo. El “sí” de María, ya perfecto desde el principio, creció hasta llegar a la hora de la Cruz. Allí su maternidad se amplió abrazándonos a cada uno de nosotros, nuestra vida, para guiarnos hacia su Hijo. María vivió siempre inmersa en el misterio de Dios hecho hombre, como su primera y perfecta discípula, meditando todas las cosas en su corazón a la luz del Espíritu Santo, para comprender y poner en práctica toda la voluntad de Dios.



Preguntémonos: ¿nos dejamos iluminar por la fe de María nuestra Madre? O bien ¿consideramos que es una cosa lejana, muy distinta de nosotros? En los momentos de dificultad, de prueba, de oscuridad, ¿la consideramos como modelo de confianza en Dios, que quiere nuestro bien?"

ORACIÓN: 
Piadosa Madre del Carmelo, protectora de todos los que sufren y de quienes se purifican para participar en el gozo celestial, escucha nuestras oraciones.Te encomendamos a nuestros hermanos ya fallecidos y a todas las benditas almas del purgatorio. Intercede ante tu Hijo Jesucristo, nuestro salvador, para que sea con ellos juez misericordioso y les perdone las culpas que en su fragilidad cometieron. Vela por quienes seguimos en este mundo y concédenos la gracia de amarte y honrarte para siempre, para que Tú nos guíes a tu Hijo y con Él participemos de la gloria eterna. Amén