No cabe duda de que este año la Semana Santa será inolvidable. Podemos decir que, casi todos, la hemos vivido de puertas para adentro. Una cuaresma marcada por las privaciones que nos ha impuesto la emergencia sanitaria que atravesamos. Hemos celebrado la pasión, la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo solos, pero unidos en una comunión profunda con nuestro sacerdote y demás fieles de nuestras feligresías.

Una Semana Santa en la que Dios nos ha abierto los ojos ante la debilidad humana y la fugacidad de los bienes materiales y, a la vez, nos recuerda que la Semana Santa está muy viva. Nuestros sentimientos y emociones, nuestras promesas y tradiciones que no han sido manifestadas este año en los actos y procesiones, verán la luz cuando acabe este confinamiento.
IMÁGENES DE LAS DIVERSAS CELEBRACIONES OFICIADAS POR EL PAPA FRANCISCO
