20 may 2020

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

La Ascensión de Jesús constituye un símbolo muy importante que ofrece elevación y perspectiva a nuestra vocación y destino. Con la ascensión y glorificación de Jesús triunfa la vida, a pesar del pecado, el dolor y la muerte. Y la humanidad ve coronada la historia de cada persona con una apoteosis sublime de resurrección y de bienaventuranza.

Para cuantos estamos en el camino de la historia, la Ascensión es, también, motivo de acción: los verdaderos cristianos hacen Reino de Dios no sólo mirando al cielo y orando, sino también trabajando y proponiendo a diario los valores del Evangelio que elevan la vida. Por otro lado, en la ascensión, Jesús nos pasa el relevo, nos confía su tarea y nos pide que seamos testigos y evangelizadores inyectando en la tierra el estilo del cielo. 

La fiesta de hoy nos invita a levantar nuestros ojos, a mirar al cielo en un intento de recuperar para nuestra vida la dosis de trascendencia y esperanza necesaria para no sucumbir a la tentación materialista; para dotar a la existencia de motivos válidos y permanentes más allá de la provisionalidad y del utilitarismo.

Vivir mirando al cielo es no perder nunca de vista la huella del Señor; no es, por tanto, una evasión sino una toma de conciencia crítica frente a los intentos absolutistas y manipuladores de los que pretenden recortar el horizonte del hombre. Elevar nuestros ojos a lo alto es reivindicar altura y profundidad para nuestra mirada, para inyectar en la vida la luz y la esperanza que nos vienen de Dios; para “comprender cuál es la esperanza a la que nos llama, cuál la riqueza de gloria que da en heredad a los santos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros”.

La Ascensión del Señor supone también un acto de confianza. Cristo se confía a nuestras manos: nos entrega su obra y Él mismo se nos entrega. ¿Vamos a defraudarle?

Que también nosotros sepamos elevarnos y elevar nuestro entorno para una convivencia más humana y más cristiana, que sirva a los demás como principio de paz y esperanza.