Hoy celebramos a los Santos Joaquín y Ana, padres de la Virgen y abuelos del Niño Jesús. Antiquísima tradición, que se remonta a primitivos tiempos, la que da estos nombres a los padres de María. Así, se da un reconocimiento especial a los que engendraron a la Madre de Dios, la Nueva Eva, la Estrella luciente de la mañana y de la Nueva Evangelización.
Ana, nace en Belén y su nombre, significa “gracia, amor y plegaria”. Desposada muy joven con Joaquín, nacido en Nazaret, cuyo nombre, según San Epifanio, significa “Dios levanta”, vivían de las tareas del campo. De los bienes obtenidos, una parte era para el sostenimiento familiar, otra la destinaban para ayuda del Templo, donde se alababa a Dios y se pedía insistentemente la Venida del Salvador, así como una tercera parte, destinada al auxilio de los pobres y necesitados.
La prueba se presenta cuando pasan los años y no tiene hijos, porque los judíos consideraban una maldición divina a la familia estéril. Sin embargo, la oración de los dos esposos, hace que el Cielo se fije en su sencillez y, a semejanza de la madre de Samuel en el Antiguo Testamento, Ana concibe y da a luz una niña a la que llamará María. Concebida sin pecado, Ella será la que alumbre al Salvador. Venerados, primero en Oriente, su culto se extiende a toda la cristiandad. También hoy es el día de los abuelos.