Si no he resucitado, mi fe sigue siendo vana.
Comprender lo que pasó en Jesús no es el objetivo.
Es sólo el medio para saber qué tiene que pasar conmigo.
También yo tengo que morir y resucitar, como Jesús.
No se trata de morir físicamente,
ni de una resurrección corporal.
Como Jesús tengo que morir al egoísmo
y nacer en el Espíritu al verdadero amor a los demás.
Día a día tengo que morir a todo lo terreno.
Día a día tengo que nacer a lo divino.
Ni muerte ni resurrección terminan mientras viva.
Pero cuanto más muera, más Vida habré conseguido.
Fray Marcos
FOTOS: Elena G., Felisa P., Inma E.