HISTORIA DE ESTA FIESTA
- Siglo I: Recuerdos de la vida y ejemplo de muchas personas de la comunidad. Incluso veneración de sus objetos personales: las ropas de San Pablo (Hch 19,12).
- Siglo III: La persecución del emperador Diocleciano produce muchos mártires y no se puede celebrar el recuerdo individualizado de cada uno de ellos.
- Siglo IV: Empieza a tomar cuerpo una fiesta en común para todos ellos. En la Roma pagana, el año concluía con una celebración llamada ‘Feralia’ que empezaba el día 21 de febrero y se prolongaba hasta final de mes; para dar reposo y paz a los difuntos, en tales fechas se les rezaba y se les ofrecían sacrificios. La Iglesia Oriental empieza a celebrarlo: la Iglesia de Siria, durante el tiempo pascual; la bizantina, inmediatamente después de Pentecostés.
- 13 de mayo de 610: Origen de la fiesta de Todos los Santos: el Papa Bonifacio IV, en vez de mandar demoler el Panteón de Roma (el templo pagano de Todos los Dioses, que Marco Agripa había mandado construir en honor de Júpiter), lo purifica y consagra en honor de la Virgen María y de Todos los Mártires -‘Sancta Maria ad Martyres’-, y dispone que cada año sea celebrada una fiesta coincidiendo con la fecha de su dedicación.
- Siglo VII: El Papa Gregorio III (690-741) dedica una capilla a Todos los Santos en la Basílica de San Pedro. Los monjes irlandeses ya celebran una fiesta en honor de Todos los Santos de Europa el día 20 de abril.
- Siglo VIII: El Papa Gregorio III (731-741) traslada la fiesta al día 1 de noviembre. Año 835: La fiesta de Todos los Mártires pasa a ser la de Todos los Santos.
- Siglo IX: El Papa Gregorio IV (827-844) extiende la fiesta a toda la Iglesia, y dispone que sea tenida por una de las fiestas más principales del año litúrgico.
- Siglo X, finales: Se agrega a esta fiesta otra que se destina a rogar por los fieles difuntos, disposición que se ha perpetuado y ha llegado hasta nuestros días. Por esta razón, tras el día de Todos los Santos sigue, inmediatamente, el día dedicado a los Fieles Difuntos.
Durante todo el año celebramos la fiesta de muchos santos famosos. Pero la Iglesia ha querido recordar que en el cielo hay innumerables santos que no cabrían en el calendario. Por eso, nos regala esta solemne fiesta de Todos los Santos, que abarca a todos nuestros hermanos que ya están en el cielo. Multitud de santos desconocidos por nosotros, pero amados de Dios. Entre ellos puede haber familiares nuestros, amigos, vecinos...
La fiesta de Todos los Santos no es sólo para recordar, sino también una llamada a que vivamos todos nuestra vocación a la santidad, cada uno según su propio estado de vida (soltero, casado, viudo, consagrado...