Con la solemnidad de Cristo Rey del Universo llegamos al último domingo del tiempo ordinario, y con ella se quiere expresar el sentido de consumación del plan de Dios. Nos preparamos, a partir de ahora, para las fiestas de la Navidad con el Tiempo de Adviento.
Al celebrar que Jesús es Rey, debemos entender que no es como los “reyes” de nuestro mundo. No es un rey poderoso con un gran ejército, ni tiene mano dura. Su trono fue una Cruz, desde la que quiso salvar a toda la humanidad.
Que este domingo descubramos que el Rey de Reyes viene para implantar verdad, justicia, amor, perdón y vida plena. Que sepamos ser reflejo de Dios en medio de este mundo.