
Del mismo modo, también señala que la
finalidad no es que sea solamente una fecha católica, sino que represente la
armonía de las diferentes religiones y culturas del mundo. Adicionalmente,
llama a combatir las principales amenazas a la Paz, entre las cuales se
encuentran el egoísmo en las relaciones entre las naciones, las violencias a
que algunos pueblos pueden dejarse arrastrar por la desesperación, al no ver
reconocido y respetado su derecho a la vida y a la dignidad humana; el peligro
de a los terribles armamentos exterminadores de los que algunas Potencias
disponen (...); y el peligro de creer que las controversias internacionales no
se pueden resolver por los caminos de la razón (...). (Papa Pablo VI, 1968).