¡Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del Señor" (Salmo 121)
La muerte nos llegará a todos; pero para quienes creemos en el Señor como Camino, Verdad y Vida, la tristeza de la muerte se trueca en esperanza de ir al cielo.
Te pedimos, Señor, que nos concedas una muerte consciente, sabiendo que nos esperas al otro lado con los brazos abiertos.