Comienza un
nuevo año litúrgico con la llegada del Adviento; un tiempo de esperanza, un
tiempo de cambio y preparación.
Quienes
queremos preparar el camino del Señor, tenemos un desafío: cambiar el corazón,
cambiar nuestra mentalidad; es decir, llegar a la conversión. Hemos de
estar vigilantes, atentos, activos, y con el corazón ocupado en amar a todos,
especialmente a los más necesitados.
En tiempo de
Adviento colocamos en nuestros altares una corona con cuatro velas. Éstas suelen ser de colores y describen lo siguiente:Morado: Representa el espíritu de la vigilia.
Verde: Representa la esperanza.
Rosa: Representa la alegría por la cercanía del nacimiento de Jesús.
Blanco: Es el color de la presencia luminosa de Dios.
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