SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ

San José fue un hombre silencioso, obediente, que nos puede decir muchas cosas, pero que no habla; el hombre escondido; el hombre del silencio, que tiene la autoridad más grande en ese momento, pero no la muestra.

Toma la promesa de Dios y la lleva adelante con fortaleza, en silencio. La cumple porque es lo que Dios quiere. 
Las cosas que Dios confía al corazón de José son cosas débiles, promesas, Después también con el nacimiento del niño, la fuga a Egipto: situaciones de debilidad. José toma en el corazón todas las debilidades con mucha ternura. Con la misma ternura con la que se toma un niño en brazos.

Es el hombre que no habla pero que obedece; el hombre de la ternura, el hombre capaz de llevar adelante las promesas para que se hagan firmes, seguras. El hombre que garantiza la estabilidad del Reino de Dios, la paternidad de Dios, nuestra filiación como Hijos de Dios. Imaginemos a José como el custodio de las debilidades, de nuestras debilidades también. Es capaz de hacer nacer cosas bellas de nuestras debilidades, incluso de nuestros pecados.                                                                                                    Papa Francisco

FOTOS: Elena G.