31 oct 2014

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS

Desde hace más de un milenio, a partir del siglo IX, la Iglesia Católica celebra el 1 de noviembre la solemnidad litúrgica de Todos los Santos, día de precepto.

En la fiesta del 1 de noviembre son protagonistas los santos anónimos, los santos del pueblo, los santos de nuestras familias; santos, en definitiva, con rostro tan cercano que no hay duda de que entre ellos se incluyen amigos, paisanos, conocidos y familiares.




El Papa Benedicto XVI afirmaba: “El santo es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su perfecta verdad que éstas lo irán progresivamente transformando. Por esta belleza y verdad está dispuesto a renunciar a todo, también a sí mismo. Le es suficiente el amor de Dios, que experimenta y transmite en el servicio humilde y desinteresado del prójimo”.

<< La Solemnidad de Todos los Santos es una llamada a la alegría, a sentirnos bienaventurados por tantos hermanos que nos precedieron y que disfrutan de la presencia amorosa de Dios. Al mismo tiempo, es una fiesta que supone todo un reto, como lo es vivir desde las bienaventuranzas. 

Como afirma Jesús Sánchez Adalid, "ser santo es ofrecer nuestra amistad incondicional y para siempre a quien se encuentra solo; no aceptar la violencia, el odio que despierta en nosotros la separación de los hombres con muros sociales, religiosos, raciales, nacionales..." 

Gracias a Dios, tenemos miles y miles de ejemplos de buenos cristianos que trataron de colaborar humildemente en la construcción del Reino de Dios, sin darse ninguna importancia, amando con el esfuerzo de sus brazos y la alegría del corazón. Y lo más fuerte es que todos nosotros estamos llamados a la santidad, a participar en esa fiesta que no tiene fin.>>