Preparamos la Navidad mediante el Adviento, que no es
sino una invitación a estar atento, vigilante, despierto a través de los cuatro
domingos que preceden a la Navidad. Es el tiempo de tomar conciencia del tiempo
que viene.
El último domingo antes de Navidad es un recuerdo de los sucesos que anunciaron
la venida de Jesús. Los otros tres se consagran a una apertura acerca del
futuro del mundo.
El símbolo principal del Adviento es la luz, algo
comprensible en esta época del año. La lluvia, el frío, el viento y las noches
son más largas y crean un ambiente general que repercute en la vida y en el
pensamiento. La luz no solamente ahuyenta la oscuridad sino que es también
la representación de la esperanza y de la lucha contra el mal. Un rayo de
luz en estos días crea optimismo.