UN POCO DE HISTORIA:
La Virgen del Carmen toma su nombre en
alusión al Monte Carmelo. Sobre sus orígenes, en el Primer Libro de
los Reyes, se habla del profeta Elías, de la gran sequía que sufría el
país y de los sacrificios ofrecidos en el Monte Carmelo.
Elías prometió a Dios que el rey Ajaab y
el pueblo abandonarían al dios Baal para que Él terminara con la sequía que
asolaba a la región.
Pasado un tiempo apareció una gran
señal: “Cuando volvió la séptima vez, subía desde el mar una nubecita no
más grande que la palma de la mano” (1 Rey 18, 44).
A partir de entonces el Monte Carmelo
–ubicado al oeste del lago Galileo y cuyo nombre significa jardín- se convirtió
en un lugar sagrado, hasta donde llegaron a vivir ermitaños que se dedicaban a
rezar y que con el paso de los siglos fueron llamados carmelitas. Estos
hombres que se entregaron a la oración y a la penitencia en el desierto,
comenzaron con los años a invocar a María con el nombre de “Santísima Virgen
del Monte Carmelo”.
En el siglo XIII, el Patriarca Latino de Jerusalén, delegado papal en Tierra Santa, les pidió a los ermitaños del Monte Carmelo que ordenaran su estilo de vida, lo cual se concretó gracias a los Papas Honorio III e Inocencio IV. De esta manera, nació la orden religiosa de los Padres Carmelitas, que se extendió por el mundo tanto en su rama masculina como femenina.
Posteriormente en el siglo XVI Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia es la reformadora del Carmelo Descalzo, reimpulsando la fuerza de su regla original, de oración y clausura.
Exposición del Santísimo.
Confesiones.
Rezo del Santo Rosario.
Rezo del Triduo.
Bendición y Santa Misa