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Fotos: Elena y Juani
En la plenitud de los tiempos, cuando el anhelo ardoroso de la humanidad por un Libertador asaltaba ya los mismos cielos, en una silenciosa noche de diciembre, en la gruta de Belén, desconocido de todos, rechazado de todos, nació Nuestro Señor Jesucristo.
Lo pregonan hoy todas las campanas: ¡Ha nacido Cristo! Lo repiten hoy todos los corazones: ¡Ha nacido Cristo! Brilla hoy en todas las miradas la luz de este pensamiento: ¡Ha nacido Cristo!
¿Por qué se hizo hombre el Hijo de Dios? Se hizo hijo del hombre para que podamos ser hijos de Dios. Se hizo débil para fortalecernos. Se dejó envolver en pañales para librarnos de los lazos del pecado. Se hizo pequeño para que fuéramos más grandes. Se hizo pobre para enriquecernos. Nace llorando para secar nuestras lágrimas. Viene a la vida en país extraño para conducirnos a la patria verdadera del cielo.
Venid, mirad, pasad a contemplar una de las escenas más sublimes que han admirado los siglos, los ángeles y los hombres. Vamos, acercaos, entrad al desmantelado portal y veréis a un Niño, envuelto en pobres y limpios pañales, recostado sobre paja en un pesebre. Es Jesús.