Juan no es Jesús, ni su predicación es como la de Jesús: tiene otros acentos, otras llamadas Juan es muy consciente de su lugar, de su misión, de su papel, de su relación con respecto a la buena noticia de Jesús. Para Juan, Jesús es «el que puede más que yo», ante Jesús «no merezco agacharme para desatarle las sandalias», «yo os he bautizado con agua, Él os bautizará con Espíritu Santo». Por su no protagonismo, por su referencia a Jesús es por lo que Juan ocupa un lugar relevante en el Evangelio.
Este es un aspecto de la persona de Juan especialmente relevante para nosotros, tan deseosos de protagonismo, de fama, de tener seguidores, de ser reconocidos ¿Todo acaba en nosotros, en el yo-yo-yo, o señala a Jesús?
Su ejemplo y su palabra nos animan a preparar el camino y allanar el sendero: sin alturas de soberbia ni bajones de abatimiento. Así vendrás y renovarás en nosotros la fuerza del Espíritu Santo que nos diste en nuestro Bautismo.