La venida de Cristo exige una continua conversión. El tiempo del Adviento, es una llamada a la conversión para preparar los caminos del Señor y acoger al Señor que viene. El Señor ya no quiere nacer en una cueva, el Señor quiere nacer, ahora, en cada uno de los corazones de los hombres.
El encendido de la segunda vela nos acerca a la fiesta del Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en Belén y en cada uno de nuestros corazones.